Mi experiencia fue fortuita. Quiero decir que aprendí algo más del idioma; conversé muchas veces mediante esta lengua allí en el campo de voluntariado. Los horarios que teníamos eran estrictos y organizaban toda la jornada.
Conocí a gente de otros sitios incluso de Camboya, y África en general. Fuimos, algunos más que otros por la edad, de organizar todo para que no faltase nada.
En cuanto a la organización desde aquí de España, Ignacio fue muy comprensivo atento y amable al indicarme qué hacer a la hora de ir de viaje. Me sentí arropada por el equipo DeAmicitia y ya lo he recomendado :D.
Veíamos cine, trabajábamos con la madera… A mí lo que más me gustó fue el taller. l’atelier.